No hay silencio;
antes tu voz
era tuya,
ahora la dejaste
esparcida finamente
en cada hora
tan finamente
que no la escucho,
pero está ahí:
no hay silencio.
Nunca dejaré mi memoria vacía,
jamás la dejaré llena:
la vaciaré del mundo cuando esté llena,
la llenaré de ti cuando esté vacía.