Mi Bisabuelo, mi Abuelo, eran de aquellos marineros que aman la mar.
Hay quien dice que la querían con ese cariño que despierta en la chalana, quizás un cariño sujeto con amarras.
Quiero pensar que se iban a buscar los sueños de Hemingway y Melville, encallados en el centro de las aguas. Al volver, desembarcaban oliendo a congrio y en Mundaka. Tengo fotos suyas en ese pueblo donde aparecen con la cara curtida y tallada como sarreo asturiano. En Luarca, la Villa blanca, los conocían como "Mundakas".
Por eso el Mundaca abarloado al Luis. Sotavento hacia el apellido y la C y la K cambian constantemente.