Ella tuvo ojos de mar
pequeños charcos
de donde zarpaban veleros
con boca de sal y amarras
mis sueños a sus pies
dentro de su vientre
Yo nunca le pedí que se fuera
me dijo adiós una noche de Julio
una noche ciega y como el verano
dormida
Su piel era blanca
como la espuma que deja naufragios
en la costa
como la espuma que no sientes marchar
entre tus pies
Ella era sí misma
magistral
soberbia
un territorio en donde yo
sembraba palabras
y recogía oraciones escondidas en el huerto.
Ella era muchacha
toda ella
y yo jamás le pedí que se fuera.